¿En qué lugar queda la mujer?

En estos dos casos, dos marcas diferentes de automóviles optan por usar a la mujer como reclamo para sus coches de segunda mano. ¿Se puede comparar, ya no solo a una mujer, sino a una persona con un objeto? Creo que no y mucho menos con un objeto de segunda mano. La publicidad siempre juega con el límite para provocar al espectador, crear un impacto que recuerde y que se le quede en la retina. Después de ver estos anuncios creo que a nadie le pasan desapercibidos y calculo que todas las chicas se queden con la misma cara de sorpresa con la que me quedé yo cuando los descubrí, por ello los incluyo en piensaluegocomunica, ya que en casi todos los post he aplaudido la labor de la publicidad en este caso, por mi parte, tendrá que hacer la recuperación de septiembre.

En esta primera imagen la marca es Renault:

El texto por si no se aprecia bien es el siguiente:

Paula Hernández, 40 años, dos divorcios, cero hijos.Usados a los que nunca les dirías que no, sólo en los concesionarios Renault.

No se les ocurrió otra mejor idea que una mujer para mandar el mensaje de que el coche ha sido usado por otros y no vas a ser el primero en conducirlo. Por fuera está bien, pero por dentro han pasado otros por donde vas a pasar tú. El público objetivo al que se dirige son los hombres (no cabe duda que en casiones los hombres solo saben de mujeres y de coches, mas de coches en la mayoría de los casos), no obstante ¿Era necesario denigrar a la mujer hasta compararla con un coche usado?

¿ No estábamos ya en el siglo XXI? Parece que para ciertas cosas no hemos evolucionado tanto y continuamos anclados en antiguos estereotipos que seguirán persiguiendo a la mujer de por vida

Ahora el anunciante es BMW:

La frase es la siguiente:

 You know you are not the first.

Eslogan totalmente cargado de machismo, en este punto cabe preguntarse ¿Habrían sido posibles los mismos anuncios con hombres? Sinceramente creo que no, ya que viene respaldado unos antecedentes históricos contra los cuales la mujer ha tenido que luchar durante muchos años para hacerse un hueco en la sociedad. Tanta lucha para que ahora nos comparen con un coche usado.

«Una imagen vale más que mil palabras» (aunque nunca he estado del todo de acuerdo ya que la palabra también tiene muchísimo poder y podría afirmarse que “Una palabra vale más que mil imágenes”). Y para lo que nos sirven estas imágenes es para darnos cuenta de que la sociedad no está tan avanzada como creemos, vivimos en un mundo disfrazado de tabúes, prejuicios y estereotipos que componen una barrera que frena nuestra igualdad.